Las razas Labrador, San Bernardo, pero también Terranova y Dálmata son gracias a su nariz capaces de interceptar algunos tipos de tumores, diabetes o la inminente llegada de un ataque epiléptico o narcoléptico.

Comprobados, por lo tanto, que los perros son capaces de olfatear algunas enfermedades, nos preguntamos cómo es esto posible. La respuesta vino de un estudio sueco del Karolinska Institutet, según el cual los perros podrían olfatear ciertos polisacáridos que son alterados por tumores, y luego desintegrarse en la sangre y la orina.

En detalle, el estudio llevado a cabo por investigadores suecos se centró en el hecho de que algunos tumores alteran los polisacáridos (glicosaminoglicanos) temprano, que luego se descomponen dentro de la sangre y la orina. Mientras que para los humanos estos polisacáridos son completamente inodoros, los perros son capaces de olfatear su presencia porque, dependiendo de la raza, tienen 150-300 millones de células sensoriales olfativas.

El descubrimiento hecho en los Estados Unidos
El descubrimiento realizado por los investigadores suecos se suma al de investigadores de la Universidad de New York y San Francisco, cuyo estudio fue publicado en la revista Journal of Neuroscience.

Según los estadounidenses, a los perros les faltarían cinco conexiones nerviosas en el ser humano, que les permiten integrar los estímulos olfativos al funcionamiento cognitivo, mejorando así la percepción y conciencia de los olores.
El olor de los perros no solo se utiliza para interceptar enfermedades, sino también en otras situaciones particularmente delicadas. Tomemos, por ejemplo, la búsqueda de sobrevivientes después de desastres naturales o en operaciones antidrogas.